Siguiendo la tradición familiar de nuestro bisabuelo Pedro Carrique Urrutibehety, nuestro abuelo Pedro Ignacio Carrique Escaray y nuestro padre Adolfo F. Carrique, en el Partido de Daireaux, provincia de Buenos Aires, nace en 1988 Espartina S.A.: una empresa de explotación agropecuaria, con un objetivo y una visión: la expansión del negocio agropecuario en la provincia de Buenos Aires y en el resto del país.
Inicialmente las actividades más importantes eran la ganadería (invernada y cría) y la agricultura, pero migraron en los últimos años hacia un sistema de agricultura permanente con rotación de cultivos de la mano de innovaciones tecnológicas (siembra directa en 1992, soja RR en 1996, y más recientemente, agricultura georreferenciada).
"En el año 1934, cuando el abuelo tenía 83 años, un periodista de la revista Caras y Caretas le hace un reportaje, por ser uno de los primeros pobladores de esta zona luego de la Campaña del Desierto del General Roca. En el mismo relata los motivos que lo incitaron a abandonar su familia y su patria. También comenta sus primeros tiempos en Argentina. Así decía...
La historia nos dice que todos los vascos pertenecían antiguamente a cuatro provincias españolas: Guipúzcoa, Navarra, Álava y Vizcaya. La línea divisoria Pirenaica cortó a los vascos franceses.
Yo nací en los Bajos Pirineos el 17 de Septiembre de 1851, era el noveno de diez hermanos hijos del muy honrado y cabal Pedro Carrique y la muy virtuosa señora Magdalena Urrutibehety. Fui a la escuela, los queridos viejos me educaron honradamente, desde muchacho tuve que trabajar y lo hice con alegría, voluntarioso y obediente.
A los 18 años vino la primera prueba dura de la suerte, Francia había sido invadida, decíase que los alemanes iban a llegar hasta París.
La memoria de aquellos días del año 1870 aún no me falla (Guerra Franco-Prusiana) el gobierno apuró la conscripción y mi clase fue llamada a las filas, en el sorteo saqué el número 9 y los médicos me declararon apto para el servicio. Fui destinado al arma de Caballería, en el Cuartel estuve recibiendo la instrucción militar y ya iban a enviarme al frente cuando se hizo la paz. Me soltaron, trabajé en casa por algún tiempo; en aquella época el servicio militar activo duraba siete años, medite y saque en conclusión que aquellos siete años eran los mejores para el porvenir de mi vida, me los perdía sin remedio."
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